La rutina nos protege
de la incertidumbre,
pero hay personas,
a veces cercanas en el alma,
y lejanas en la ubicación,
que son la muestra
de que hay valientes
que miran siempre
hacia el próximo horizonte.
Las razones no importan.
La clave es que nos
recuerdan a todos
el valor de lo inesperado.
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