Hoy es el día de la madre, y tú
dentro de dos meses cumplirías 14 años.
Si estuvieras aquí te diría que para mí fue
una edad mágica, que disfruté mucho los 14 años, que empezamos a hacer la
calle nuestra y descubrimos lo que era la amistad y la lealtad y la traición,
las pandillas, las quedadas, los enamoramientos, las discusiones con los
padres…supongo que la yaya también se acuerda de esos años. No hacía falta
móviles, nos “buscábamos la vida”, y siempre la encontrábamos.
Esos años los viví con pasión,
bueno, tengo la sensación de que todos los años de mi vida los he vivido con
pasión, pero tengo un recuerdo muy especial de la época de los 14 a los 18.
Si estuvieras aquí te contaría
muchas cosas, y supongo que pondrías cara de “que rollo” y no me harías mucho
caso, como todos lo hemos hecho a esa edad cuando nuestras madres nos daban “la
chapa”, como hace tu hermano cuando le suelto mis rollos.
Si estuvieras aquí sabría muchas cosas que no se, tu deporte favorito, tu música, tu carácter, tus manías. Sabría como suena tu voz.
No dio tiempo de conocer, de conocernos, pero sí de sentir.
Pero no estás, y hoy, día de la
madre, me acuerdo de ti, y de cómo gracias a ti me gradué como Madre en lo más
hermoso y en lo más dramático que lleva consigo esa palabra.
Hoy me acuerdo de las madres que
ya no tienen a sus hijos, y de cómo es este día para ellas, para nosotras, hoy
las abrazo.
Tengo la manía de buscar siempre
algo bueno en todo lo negativo, y no me suele costar mucho pasado el momento
difícil, pero te juro que encontrar algo bueno en tu muerte fue un trabajo
arduo.
Pasados estos catorce años, y
después de la bendición de tu hermano, se que tú me hiciste más fuerte, y
después de superarlo tengo la certeza de que podré con todo, porque no hay nada
que desgarre más el alma que perder a un hijo.
Hoy que es el día de la madre, te
dedico lo que soy y lo que seré.
PD. No me olvido que te debo el
camino de Santiago. Tranquilo, lo haré.
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