El retorno de
la magia
Érase una vez
una niña que escribía cuentos para construir otras realidades a su antojo, dar
otra mirada a lo que veía o dar vida a sus sueños de un mundo mejor, más
sencillo, más humano y sobre todo más mágico, porque ella vivía en un reino
donde ante el comportamiento de sus gentes, la magia había decidido esconderse.
Le costó
confiar en sus relatos, pero con ellos enseñaba a los niños a recuperar por
unos instantes, esa magia pérdida por los adultos, con estos últimos le era más
difícil por las capas de condicionamiento que tenían, no obstante, lograba
arrancar una sonrisa de casi todos ellos, al menos de los que a ella le
importaban.
Un día conoció
a otro niño especial como ella, que había nacido para ser mago y juntos
recuperar la magia en su ciudad. Había leído libros de magia escondidos por su
familia, pero nunca se había atrevido a lanzar ningún hechizo, su poder
permanecía latente.
La gente
vulgar se reía de él porque creía en la
magia, algo supersticioso, él sabía de la naturaleza real de la magia pero no
podía demostrarla ni convencer a nadie, ni siquiera a sus mejores amigos.
Cuando se
conocieron en el bosque, se reconocieron como personajes de otros cuentos y
todo fluyó entre ellos, la amistad creció
y su magia interior se incrementó, ya eran capaces de identificar a las
brujas que querían embrujar al niño para robarle sus poderes y el niño escuchó
las historias del pasado de ella y confío en sus relatos.
Al niño le
gustaba de ella , su alegría y fuerza interior y él pensaba que a ella sentirse
escuchada, no juzgada, confiar en su
talento , su armonía, aunque el niño aprendía de sus errores puesto que el niño
a veces desde su posición defensiva , recordaba los intentos fallidos de
relaciones de la niña, debido a la historia de rechazos del niño y que él
pensaba que era mejor no arriesgarse salvo con su amigos y con ella , porque al
final puedes salir herido, pero ella le enseñó que así es la vida, que hay que
arriesgarse, que hay que abrir el corazón y sufrir reveses porque eso potencia
los buenos momentos.
La niña se
atrevió a presentar sus relatos al certamen del reino y decidieron
publicárselos, el niño se alegró mucho y juntos proyectaron dar pequeños
discursos sobre la magia por distintos lugares.
Estos niños
sembraron y sembraron, y no siempre recolectaron sus frutos, pero contagiaron a
un número suficiente de personas, y al final la magia tuvo una oportunidad de
resurgir en su ciudad. ¿Y qué pasó? Pues eso está por escribir, es el futuro y
éste según la niña no está escrito. Es nuestra expresión de la magia y nuestras
decisiones lo que lo crea. Por tanto únete a la magia y sueña y haz realidad tu
futuro.