lunes, 19 de enero de 2015

Reencuentro

Quiero trascender el tiempo

verme ya perfecto,

investido de cualidades,

que ahora sólo puedo atisbar.

Y que esta lista que hoy elaboro

sea la ruta que me lleve a tí,

donde quiera que estés

esperándome y pensando:

¿Por qué has tardado tanto?


David Paricio

domingo, 11 de enero de 2015

Despedida oriental


En búsqueda eterna

del siguiente momento

que supere la mediocridad.

Aprendizaje constante.

Cazador de risas y bogavantes.

Echaremos de menos,

tus palabras y gestos,

pero estamos contentos,

porque caminas lejos

y cerca de tu destino.

Vuelve  con la victoria

en tus manos y

en todo caso,

el corazón lleno de experiencias.





sábado, 3 de enero de 2015

BALTASAR O LA MUERTE DE UN BOGAVANTE




El puso lentamente la olla a hervir, se sentía tribal cuando se sumergía en la ceremonia del sacrificio de un bogavante...
Salvaje y primitivo, como un chamán que acometía un antiguo ritual .No hacía una danza previa de muerte por no espantarla a Ella, pero ganas no le faltaban. 

Cogió fuertemente al animal que se debatía como si intuyera su fatídico porvenir.

Ella le miraba embelesada ,los ojos llorosos.....¿Compasión por el animal?¿Emoción ante la ferocidad de su héroe? ¿o quizás tantas horas metiendo fichas en el ordenador de la biblioteca le habían hecho sensible el lagrimal?.

No importaba, ninguna mujer podía resistirse a su ceremonia.

De hecho ¡había perfeccionado mucho su estilo! pensó orgulloso.

Era un arte, una perfomance en sí misma.

En el fondo se preguntaba si ellas estaban a la altura.. las mujeres claro, los crustáceos jamás le habían defraudado , sin embargo recordaba alguna de ellas que....

Pero ahí estaba de nuevo, con su delantal de plástico y su cuchillo especial .El hombre contra el animal, pura supervivencia se dijo, quizás para acallar su conciencia.

-¿Supervivencia? venga hombre... puntualizó impertinente su conciencia.¿Dónde quedó lo de la igualdad de condiciones?.
-Al menos desátales las pinzas.

Así que a partir de aquel día y de aquella conversación con su conciencia, él les desataba las pinzas.

Se había llevado más de un pellizco y lo exhibía orgulloso.
Sus marcas de cazador, cicatrices de la vida les decía a ellas misterioso.

Claro que  hubo alguna que le criticó. Recordó a aquella joven y ultravegetariana ecologista  que no vio con  buenos ojos el asunto.
 Aún le dolían los oídos. dos horas de discurso sobre el sufrimiento del animal, convirtieron una previsible noche loca de amor  en una real noche de tortura. Una cosa llevó a la otra, del bogavante, saltó a los toros, para continuar con el atún rojo y la anchoa.

La de sueños que había fraguado en torno a aquella noche y aquella mujer.

¿Sino para qué tanta ceremonia?.¿ Esto era lo que ellas querían no? 
Al hombre primitivo, al hombre rudo (pero sensible) que podía protegerlas.
 Ese que empuñaba decidido el cuchillo y de un sólo corte, sin que le temblara el pulso ponía fin a una vida. Una mezcla de Bruce Willis y Master chef.

Por otro lado era cierto que estaba cerca del genocidio de los bogavantes, entre ensayos y cenas , ¿cuántos llevaba ya? ¿cientos?.

Empezó con gambas, y así aumentó progresivamente el tamaño de la víctima para acercarse a su objetivo: langostinos,cigalas  ...hasta que llegó al ansiado bogavante. 

El caso es que no le hacía tanta gracia el sabor, entre chupeteo y chupeteo te pasabas el tiempo, no había chicha ,eso sin contar la de utensilios absurdos que necesita uno para comerlo, dignos de Torquemada ,se dijo.

El bogavante, ......


Aún recordaba los ojillos negros del primer sacrificado, implorándole por su vida, pero es día,  cuando se giró y vio los ojillos negros que le esperaban al otro lado de la mesa, el dilema se disolvió ... no a favor del bogavante...

El primer asesinato siempre es el más díficil, tuvo al animalito en una pecera, e incluso lo alimentó, no acababa de decidirse.

Y así fueron pasando los días, ya se estaba haciendo a la idea de convivir con un bogavante, ¿porqué no? ¿acaso no hay pirados que tienen cerdos vietnamitas, quién era? George clooney? 

Más limpio un bogavante sin lugar a duda, y menos ruidoso.

Pero entonces, el destino quiso que apareciera Ella, para romper este equilibrio natural hombre-bogavante que se había establecido.

Era un diosa... quizás el amor de su vida, o al menos el amor de esa noche.

En el mismo momento que posó sus ojos de gato en los dulces ojos de ella el destino de la nueva mascota fue sentenciado.

Tuvo que tomarse un bote de valerianas, y un par de cañas para armarse de valor. 

Cuando llegó la hora , lo sostuvo entre sus manos , dio unos traguitos a un Albariño que había comprado para la ocasión, y después a aquella bebida tan fuerte que trajo de su último viaje...nada importante, sorbitos.

Por fin, y cerca del coma etílico procedió a la ejecución de Baltasar.

¡Baltasar!, que había escuchado estoicamente durante esa última semana sus sinsabores sin juzgarle, ¿ no había notado que movía las antenitas como queriendo acariciarle cuando le veía triste?.


Se recordó a sí mismo no volver a poner nombre a ningún animal en adelante, al menos a ninguno que posteriormente fuera a comer....

Primera regla de los asesinos en serie. No encariñarse con la vícitma .

Se apuntó mentalmente ver películas de asesinos en serie, para profundizar en el modus operandi.

En el momento fatídico, hoy reconoce que se le escapó alguna lagrimilla, pero siendo un hombre de recursos y de mundo como era , troceó una cebolla  para que ésta encubriera su debilidad.

Un asesino en serie no tiene sentimientos.Segunda regla del asesino en serie.

Zas, corte limpio,o eso quiso pensar, Baltasar moviendo frenético sus patitas y sus empáticas antenitas. 
 Ya estaba hecho, tampoco había sido tan difícil. 

Emplató a Baltasar. Su cadáver.Lo depositó en un lecho de lechugas que le recordaran a su fondo marino natal ( se permitió esta pequeña debilidad para con el fallecido) y fue con paso varonil y decidido a la mesa , donde le esperaba ella.

Tercera regla del asesino en serie. Sin remordimientos.

Esta noche es mía, pensó. Escenas de tórrida pasión se anticiparon en su fértil imaginación.

Ella le comentaba lo valiente que había sido , y lo gran cocinero que era...

El miraba fijamente los restos de Baltasar y sus manos manchadas de sangre inocente. Sangre figurada, se entiende, pues los bogavantes no sangran.


AHora las escenas de tórrida pasión se mezclaban con las de una familia de pequeños bogavantes huérfanos en algún lugar del océano...pronto apareció Nemo... y en medio de todo este caos mental , vomitó.

Vomitó todo, salpicó a su diosa, al mantel de hilo, a su camisa blanca recién planchada .

Ella se volvió indignada .Vaya, su mirada de bibliotecaria dulce y aturdida se había trocado por la de una hiena salvaje, tan sólo era un poco de vómito.

- Es la mezcla ,- balbuceó él-, tanto vino, yo que soy de tipo austero.....

Su diosa , la mujer de su vida o de su noche, se levantó y alcanzó la puerta . 
La verdad es que llena de vómito y con esa mirada asesina perdía bastante como DIosa.

EL se arrastró como pudo al sofá , se sentó, entre sus manos el cuerpecillo frágil e inerte de Baltasar. Acarició dulcemente sus antenas.

Debe haber formas más fáciles de conquistar a una mujer se dijo.

Y se desplomó.


ULTIMA FOTO DE BALTASAR



A Jorge , hombre de espíritu y estómago sensible, por compartir esta trágica historia 
Esta historia está basada en hechos reales lamentablemente para Baltasar