viernes, 21 de febrero de 2014

La alquimia de las rosas - Ayer



Permanezco ante un árbol muerto,
sacrificado para recibir
estos poemas de eterna búsqueda.
Las hojas yermas pasean blancas
en mis nostálgicas manos de vate.
Las águilas bicéfalas del viento,
que recorren raudas el camino
entre el ayer y este presente,
me arrancan del nido de mi yo
y me despeñan en aromas de ella.
Perfumes imaginados, borrados,
por las afiladas garras del ave,
que come mi hígado cada día.


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